Caza de Ballenas

Historia de la caza de ballenas

De acuerdo con datos de la Sociedad Mundial para la Protección Mundial (WSPA), cada año son ultimadas cerca de 2,500 ballenas. Esta práctica se lleva a cabo desde hace muchos años atrás y aunque ahora su frecuencia ha disminuido, sigue teniendo un fuerte impacto en la población de cetáceos como lo ha tenido durante los últimos tres siglos.

La caza de ballenas comenzó a realizarse desde tiempos prehistóricos. Estos primeros hombres vieron en los cetáceos una rica fuente de recursos alimenticios y materiales. En regiones frías, la carne y la grasa eran consumidas para sobrevivir en un entorno poco adecuado a la agricultura y el pastoreo; la grasa proporcionaba energía y vitaminas A, D y B, y la carne era su fuente de proteínas, hierro y niacina. Otras partes del cuerpo como los huesos y las barbas eran útiles para fabricar trineos, lámparas y herramientas.

Las ballenas usualmente cazadas eran dentadas: calderones, belugas, marsopas y narvales, aunque, por las representaciones de cacerías en utensilios domésticos, los misticetos no estaban excluidos. Algunas de estas representaciones muestran a cachalotes (Physeter macrocephalus), ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) y  ballenas francas del Pacífico norte (Eubalaena japonica). La técnica usada podía ser el acorralamiento del animal o su muerte mediante herramientas punzocortantes como los arpones.

La práctica continuó desarrollándose a lo largo del tiempo, pero el siglo XVII vio nacer una actividad meramente comercial que dañó profundamente la población mundial de cetáceos. Los primeros en llevar a cabo una operación comercial de caza de ballenas fueron los vascos cerca del año 1000 a.C. Sin embargo, otros países se sumaron a la lista mucho tiempo después: Inglaterra en 1611, Japón en 1675 y los habitantes de Estados Unidos en 1712.

Tipos de caza de ballenas

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) diferencia tres tipos de caza de ballenas: la caza comercial, la caza efectuada por pueblos nativos y la caza que se realiza con permiso especial.

Caza comercial. Es actualmente vilipendiada por gran parte de la sociedad, ya que ha ocasionado el declive de las poblaciones de ballenas y sus métodos para ultimarlas no parecen ser los más adecuados.

La caza de cetáceos durante los siglos XVII, XVIII, XIX y parte del XX fue una actividad económica común y bien remunerada. Aunque en varias partes del mundo la carne de ballenas barbadas o de delfines es muy poco consumida, en países como Japón, Noruega e Islandia es menos rara.

La carne de ballenas es apreciada en estos lugares y los platillos preparados con ella son considerados una verdadera delicia. Lo que no saben los comensales es que la carne de cetáceos suele estar contaminada y posee altos niveles de mercurio, que en cantidades considerables ocasiona daños al cuerpo humano.

Según la Comisión Ballenera Internacional, Noruega e Islandia practican la caza comercial dentro de la zona económica exclusiva particular estableciendo sus propios límites de captura. Rusia también ha puesto objeciones a la moratoria internacional de la caza con fines comerciales, pero, de acuerdo con la organización, no las ha ejercido.

Caza por parte de pueblos nativos. La caza de ballenas fue parte esencial de la cultura y la subsistencia de los primeros hombres de algunas zonas del mundo. En pueblos que aún existen, como los Makah y los Klallam, no ha dejado de practicarse. Como esta práctica no tiene intereses comerciales sino únicamente de subsistencia, no está sujeta a la moratoria de la CBI. Los países que realizan este tipo de caza son Dinamarca, Rusia, San Vicente y las Granadinas y Estados Unidos.

Caza con permiso especial. Japón pidió un permiso especial para cazar ballenas en la Antártida y en el Pacífico norte occidental, alegando intereses científicos. Por otra parte, la CBI aprobó un programa de investigación para comprender la biología y la ecología de la alimentación de los cetáceos que se encuentran en aguas de Islandia. Fueron los únicos países que utilizaban esta modalidad hasta que en 2014 el permiso le fue suspendido a Japón.

El mundo vs. la caza de ballenas

Sólo en 2012, se cazaron unas 1,319 ballenas. Rusia capturó 143, Estados Unidos cazó 69, Islandia 52, Groenlandia 167, Japón 424 y Noruega 464.

Muchas personas están en contra de la caza de ballenas. El mundo se ha visto numerosas veces horrorizado ante la visión de la sangre que tiñe de rojo el mar en ocasión de la caza masiva. Incluso, organizaciones conservacionistas tienen reservas con respecto a la caza de los pueblos nativos, aunque éstos declaran que la caza de cetáceos es parte de una tradición milenaria y por tanto de su cultura.

Pero definitivamente, es la caza comercial la práctica menos aceptada, ya que implica la muerte de animales para favorecer aspectos que resultan banales. La grasa de las ballenas es útil para la elaboración de cosméticos, por ejemplo.

Ballenas protegidas

La Comisión Ballenera Internacional se encarga de establecer límites de captura para la caza comercial. En 1982, decretó una suspensión de esta actividad, a realizarse durante el período 1985-1986 que sin embargo aún está vigente.

Muchas otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales apoyan el fin de la caza de ballenas, entre ellas, Greenpeace y Sea Shepherd Conservation Society. Pero el debate está lejos de terminar. Mientras Japón declara que no viola ninguna norma de la CBI, Greenpeace hace todo lo posible por evitar la muerte de cetáceos. La lucha por el fin de esta actividad posiblemente tome unos años más.

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